Viejo pueblo castellano
con tus tórridos veranos.
Calles secas, polvorientas,
tierra dura, duras piedras.
Dura explanada es la plaza,
la plaza frente a la iglesia,
con brocal de un hondo pozo,
una verde acacia, verde,
y aquella verde morera.
Y allí, mirando al sur, tú,
típica casa de pueblo
con tu amplio portalón,
tu patio empedrado y claro,
con tu jardín en el centro
y en dos lados del rectángulo.
En las cuadras, sin ganado,
un puñado de gallinas
y soberbio y altanero
reina y cacarea un gallo.
La bodega, oscura y fresca,
es despensa y almacén
de aperos y provisiones,
cachivaches y cacharros.
Y en lo alto, el pajar vacío
con la vieja galería
toda rústica y madera,
donde se enrosca el parral.
Y oculta en un rincón,
-parece casi escondida-
baja cocina de leña
y la pila de lavar.
Autora: Mª Jesús Gullón.
09-09-2010.
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