En casa de Bruno
hay un problema: el dinero. Con el de Celi -que es peluquera-, Cinto -que es
mecánico-, el padre -sin un trabajo fijo-, la madre -que cose ropa-, y el del
abuelo -con su pensión- no es suficiente. Además, Bruno tiene un problema:
tiene el cuello muy largo, la cabeza pequeña y las orejas enormes. Para
intentar remediar este problema se toma unas pastillas que le hacen soñar con
cosas favorables para su familia. Aunque sus sueños no se cumplen, la familia
empieza a progresar y comienza a ser feliz.
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